Esta obra tiene una pequeña historia.
Dicen que los marineros tienen una novia en cada puerto, pero nuestro marinero siempre había actuado de manera diferente. Toda su vida había hecho justo lo contrario.
Había establecido un puerto en cada novia.
Esto en principio puede parecer lo mismo. Pero si se piensa bien existe una sutil diferencia. Nuestro marinero primero encontraba a su amante y después fundaba su puerto. Y cuando el amor languidecía, ya fuera por el paso del tiempo, ya por el desgaste de la pasión, o también por que no decirlo, por la aparición de otro lobo de mar en las profundas aguas del deseo de su amante, entonces nuestro marinero levaba anclas. Despacio, por la noche, en silencio. A diferencia de otros marineros, no gustaba de alborotos ni violencias que dejaran sabor amargo en el término de sus amores. A diferencia de otros marineros, simplemente soltaba las amarras de su barco y navegaba errante de una costa a otra hasta que recalaba en otro amor que descubría un nuevo fondeadero.
Hace unos años encontró a María, la mejor de sus amantes. También el mejor de sus puertos.
Este relato y la acuarela son obras originales de Félix Rebollo.
Los puertos del marinero es una ilustración realizada en 2013 para un relato de Raquel Muñoz, que aparece en el libro TR3S editado por Marco Temprano. Tiene unas medidas aproximadas de 20 x 30 cm, está pintado sobre papel de algodón y enmarcado en madera.
Félix Rebollo es un artista que nace y crece casí íntegramente en Valladolid. Por suerte para el resto de la humanidad, ha jurado no reproducirse y aunque es inevitable que llegue a morir, prentende dar mucha, pero que mucha guerra antes de cumplir lo que se ha definido como ciclo vital de los seres vivos, propiamente dichos.
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